Generá una red de apoyo con personas que te contengan y escuchen en tu vida cotidiana. Es importante no sentirnos solas.
Hablá con tus círculos, mujeres y varones, para poner el tema en la mesa. Contar tus experiencias ayuda a sensibilizar y que los demás entiendan mejor el acoso callejero.
Usá las redes sociales como espacio de visibilización. No todos ven el acoso como un problema cotidiano y narrar tu experiencia puede colaborar a desnaturalizarlo.
Si está identificado con su lugar de trabajo recurrí a quien esté a cargo, hacé el reclamo, etc.
Si hay un oficial policial involucrado denuncialo en asuntos internos del Ministerio del Interior: 0800 5000.
Hacé notar que te incomoda, que no siga pasando desapercibido. No le pediste su opinión, y está bueno que lo sepa.
Si tenés ganas, explicales por qué está mal y te molesta.
Cuidate. Si te sentís en peligro andate y/o buscá ayuda.
FUI TESTIGO
No te sumes, no lo festejes, no seas parte.
Si ves que podés, intervení. Podés explicar por qué es acoso, evidenciar que no está bueno, ayudar a que deje de ser natural.
Acercate a la persona que vivió el acoso y preguntale si precisa algo.